El Dios de los cristianos es un Dios de vivos
El cuerpo es precioso a los ojos de Dios, es el preferido entre todas sus obras, así pues es normal que quiera salvarlo... ¿No sería absurdo que lo que creó con tanto mimo, que lo que el Creador considera como la cosa más preciosa de todo lo creado, quede reducido a nada?
Cuando un escultor o un pintor quieren que su obra permanezca a fin de que sirva para su gloria, la restaura cuando se ha estropeado. ¿Y Dios vería su bien, su obra, volver a la nada, dejar de existir? Nosotros llamaríamos «obrero de lo inútil» al que construyera una casa para derruirla seguidamente o para dejarla que se estropeara siendo así que podría volver a levantarla. De la misma manera ¿no acusaríamos a Dios de crear el cuerpo inútilmente? Pero no, el Inmortal no es así; ¡aquel que por su naturaleza es el Espíritu del universo no podría ser tan insensato!...En verdad, Dios ha llamado al cuerpo a renacer y le ha prometido la vida eterna.
Porque donde se anuncia la buena noticia de la salvación del hombre, ésta se refiere también al cuerpo. En efecto ¿qué es el hombre sino un ser viviente dotado de inteligencia, compuesto de alma y cuerpo? ¿El alma, ella sola, es el hombre? No, es tan sólo el alma de un hombre. ¿Se llamará «hombre» al cuerpo? No, se dice que es el cuerpo de un hombre. Si pues, ninguno de estos dos elementos él solo no es el hombre, es a la unión de los dos al que se llama «hombre». Así pues, es a este hombre que Dios ha llamado a la vida y a la resurrección, y no tan solo a un parte del mismo sino al hombre entero, es decir al alma al cuerpo. ¿No sería, pues, absurdo, siendo que existen los dos según y en la misma realidad, que uno se salve y el otro no?
(San Justino (c. 100-160) filósofo y mártir. Tratado sobre la Resurrección, 8)
Justino
Apologista cristiano, nació en Flavia Neapolis, cerca del año 100 d.C., se convirtió al cristianismo alrededor del año 130 d.C., enseñó y defendió la religión cristiana en Asia Menor y en Roma, donde sufrió el martirio cerca del año 165 d.C. De él nos han llegado dos “Apologías” que llevan su nombre y su “Diálogo con el Judío Trifón”. El Papa León XIII hizo componer una Misa y un Oficio en su honor y fijó su fiesta para el día 14 de abril.
Sin embargo, con las reformas litúrgicas del siglo XX, especialmente las realizadas tras el Concilio Vaticano II, muchas festividades de santos fueron revisadas y se unificaron para evitar duplicaciones o fechas menos representativas. En ese contexto, la fiesta de San Justino se trasladó al 1 de junio, fecha que se conserva actualmente como oficial en el calendario romano general.
La decisión de León XIII de fijar el 14 de abril refleja la gran estima que tenía por San Justino, destacándolo como un modelo de fe, razón y defensa del cristianismo frente a la filosofía de su tiempo. Si bien esta fecha ya no se utiliza universalmente, forma parte de la rica historia del culto a los santos.
San Justino, también conocido como Justino Mártir, fue un filósofo, apologista y mártir cristiano nacido alrededor del año 100 en Flavia Neápolis (hoy Nablus, en Cisjordania). Es considerado uno de los primeros defensores del cristianismo frente a las críticas y malentendidos de su época.
Vida y conversión
Justino nació en una familia pagana de origen griego y recibió una sólida educación filosófica. Estudió diversas escuelas de pensamiento, como el estoicismo, el aristotelismo, el pitagorismo y el platonismo. Sin embargo, encontró en el cristianismo una verdad superior tras conocer a algunos cristianos y observar su valentía en la persecución. Esto lo llevó a convertirse al cristianismo alrededor del año 130.
Justino se dedicó a combinar la fe cristiana con la filosofía, argumentando que el cristianismo era la verdadera culminación de la razón y la verdad que los filósofos buscaban.
Obras principales
San Justino escribió varias obras en defensa del cristianismo, aunque no todas han llegado hasta nosotros. Las más importantes que se conservan son:
- Primera Apología: Dirigida al emperador Antonino Pío, esta obra defiende el cristianismo frente a las acusaciones de ateísmo y sedición. Explica los fundamentos de la fe cristiana y refuta las críticas comunes.
- Segunda Apología: Complementa la primera y aborda cuestiones éticas y filosóficas relacionadas con el cristianismo.
- Diálogo con Trifón: Es una conversación ficticia entre Justino y un judío llamado Trifón, donde defiende a Jesús como el Mesías prometido en las Escrituras.
Filosofía y teología
Justino creía que la filosofía griega contenía destellos de la verdad divina, pero que el cristianismo era su cumplimiento pleno. Introdujo el concepto de Logos (la Palabra) como puente entre la filosofía y la fe, afirmando que Cristo es el Logos encarnado.
También fue uno de los primeros en describir detalles sobre la liturgia cristiana, incluyendo el bautismo, la Eucaristía y el día de culto en domingo.
Martirio
Justino fue arrestado junto con otros cristianos en Roma durante el reinado de Marco Aurelio. Se negó a renunciar a su fe, por lo que fue condenado a muerte y decapitado alrededor del año 165. Desde entonces, se le conoce como "Justino Mártir".
Legado
San Justino es reconocido como uno de los Padres de la Iglesia y una figura clave en el desarrollo de la teología cristiana temprana. Su fiesta litúrgica se celebra el 1 de junio. Es patrono de los filósofos y apologistas cristianos.
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